¿Te cuesta quitarte la pereza cuando tienes un proyecto importante delante? ¿Eres de las personas que procrastina hasta que el tiempo se le echa encima?
Has de saber que todos tendemos a procrastinar en determinados momentos. Sí, todos, incluida yo.
Yo no estoy todo el tiempo haciendo cosas que me ayuden a ser productiva, también tengo mis ratos de relax y desconexión y no pretendo que tú dejes de tenerlos.
Sin embargo, cuando decidí escribir este artículo estaba pensando en las clientes que me cuentan que siempre apuran hasta el último momento para terminar un determinado proyecto y, como lo dejan para el final, el resultado que obtienen no es tan bueno como les gustaría.
Si tú eres una emprendedora que se siente identificada con lo que acabo de decir, sigue leyendo porque lo que tengo preparado te a ayudar a que esa realidad deje de ser un problema.
El coste de oportunidad de la pereza
Si conoces un poco mi historia, sabes que estudié dirección de empresas. Una de las claves que aprendí en la carrera es el concepto de coste de oportunidad.
En economía se ve como coste de oportunidad a aquello a lo que «renuncias» o dejas de ganar por tomar una decisión. Por ejemplo, si tú tienes una tienda de ropa que quiere tomar la decisión de bajar sus precios, probablemente el coste de oportunidad, es decir, a lo que renuncias, es a tener una mejor calidad.
Esto mismo es lo que ocurre en tu día a día con cada decisión que tomes, todas tienen un coste de oportunidad y, elegir dejar un proyecto para el final, también.
¿Cuál es el coste de oportunidad de la pereza?
La respuesta solo la sabes tú, eres quién conoce tu realidad y sabe lo que ocurre si dejas que la pereza invada tu vida. Algunas cosas que pueden ocurrir son:
- Haces el trabajo bajo presión y estrés.
- No prestas atención a los detalles.
- No cuentas con un margen de error.
- Los imprevistos pueden volverse verdaderos problemas.
- La calidad de tu servicio se puede mejorar.
Ahora bien, ¿cuál es el coste de oportunidad de elegir la pereza? ¿Qué precio estás pagando?
Una vez que tengas la respuesta clara, responde a esta pregunta:
¿Te compensa elegir la pereza?
Probablemente, si estás leyendo este artículo es porque la respuesta es NO, no compensa elegir la pereza.
Ahora que ya has tomado consciencia de que es tu elección tomar una decisión u otra te voy a contar qué es lo que puedes hacer para aumentar tu productividad.
Cómo eliminar la pereza
⭐ Encuentra la motivación de tu tarea
El primer paso que debes dar es saber para qué haces lo que haces. Todos tenemos actividades que nos gustan más que otras pero, evidentemente, si hacemos algo es porque nos reporta un beneficio.
Ahora bien, ¿qué beneficio vas a obtener cuando realices esa actividad que estás postergando?
⭐ ⭐ Divide la tarea en partes
Otra de las actividades que puedes realizar es dividir tu objetivo en partes. A veces no asusta ver todo lo que tenemos que hacer porque vemos el conjunto global y la suma de las partes.
La idea aquí es que no te centres en hacerlo todo ya, ve paso a paso y cada día acercate un poco más al objetivo global.
⭐ ⭐ ⭐ Recompénsate
La última herramienta que voy a compartir contigo hoy es la recompensa. Muchas veces nos da pereza hacer algo porque sentimos que no ganamos nada inmediato a cambio por lo que puedes utilizar esto a tu favor y jugar con tu cerebro para que te ayude a conseguir tu objetivo.
Cuando dividas el objetivo en partes, ve recompensándote por los logros que has conseguido y de esa forma te mantendrás motivada a lo largo de todo el proceso.
Conclusión
En este artículo hemos visto que elegir la pereza tiene un coste de oportunidad y que está en tus manos ponerle solución y empezar a elegir decisiones diferentes para obtener resultados diferentes.
Tienes 3 herramientas muy potentes para aplicar en los momentos en los que la pereza te invada pero recuerda:
⚠️ ⚠️ ¡Conocimiento es saberlo y sabiduría es aplicarlo!
¿Lo piensas aplicar o vas a seguir actuando como hasta ahora?