¿Quieres saber por qué te cuesta delegar en otras personas? ¿Quieres entender cómo funciona tu cerebro a la hora de delegar?
No es la primera vez que hablo sobre este tema, ya que se trata de una cuestión que me solicitan constantemente mis clientas en las sesiones de coaching. Por ello, quiero compartir contigo algunas dudas que me plantean:
≫ ¿Por qué me resulta difícil delegar?
Antes de nada, quiero que sepas que la Real Academia Española (RAE) define delegar como dicho de una persona, dar la jurisdicción que tiene por su dignidad u oficio a otra, para que haga sus veces o para conferirle su representación.
Coloquialmente, y ciñéndonos a la definición dada en el párrafo anterior, utilizamos la palabra delegar cuando queremos dar a una persona u organismo el poder o la responsabilidad para que ejerza en nuestro lugar.
Ahora bien, ¿por qué nos cuesta dejar que otra persona ejerza en nuestro lugar?
La clave está en la misma frase: “dejar que otra persona ejerza en nuestro lugar”. Desde aquí puedo escuchar que dices algo así como:
“Obviamente Alexandra, ¿cómo voy a dejar que otra persona ejerza en mi lugar? No puedo hacer eso”.
Nos da pánico que otras personas actúen en nuestro nombre y, las principales razones por las que nos asusta, te las voy a contar a continuación.
≫ Las 3 principales razones por las tememos delegar
Nadie lo hará mejor que yo
Te voy a plantear 4 preguntas:
- ¿Crees que ninguna persona en la faz de la tierra puede hacer esa tarea por ti?
- ¿Qué te lleva a pensar eso?
- ¿Has tenido alguna mala experiencia delegando?
- ¿Crees que solo tú tienes el método y la clave?
En primer lugar, tengo que decirte que hay personas con potencial que pueden aportar mucho valor a tu vida personal y profesional.
Además, si se da el casi improbable caso de que no haya nadie con el potencial que buscas, puedes invertir parte de tu tiempo en formar a alguien que desempeñe la tarea de la forma que tú desees.
Y sí, digo invertir porque, efectivamente, ese tiempo es una inversión,no una pérdida. Es una inversión que haces ahora para después tener más tiempo y, estar más tranquila y focalizada en aquello en lo que realmente eres imprescindible.
Tengo que gastar dinero para delegar
Si esta es tu creencia, mi pregunta es: ¿realmente crees que es un gasto? ¿Estás segura?
Si has respondido de forma afirmativa a estas dos preguntas déjame, decirte que esta vez estás equivocada. Y, como siempre seré clara contigo: delegar una actividad para tener más tiempo de centrarte en otras tareas no es un gasto, es una inversión.
Quizá no sea una inversión que te retribuya directamente un beneficio económico (o sí, no sabes si la persona en la que delegas tiene el potencial de hacerte ganar más dinero), pero lo que está claro es que al delegar tienes más tiempo tú. Tiempo para realizar otras tareas como buscar nuevas estrategias, hacer crecer tu negocio, obtener más ingresos, diversificar o, simplemente, tiempo para descansar.
Creencias con «Y si…»
Las razones que empiezan con «y si…» son mis favoritas, sin lugar a duda. Te voy a poner varios casos reales que me han planteado mis clientas:
- “¿Y si delego en una persona, la desarrollo y después se marcha?»
- ¿Y si lo hace mejor que yo?
- ¿Y si pierdo todo mi dinero?
- ¿Y si no soy lo suficientemente buena para esto?
- ¿Y si entramos en una crisis y no puedo pagar a la persona?
- Y si…
- Y si…
- Y si…
¿Te estás dado cuenta que estás sufriendo por algo que ni si quieras sabes si pasará algún día?
Sé honesta y sincera contigo misma: ¿cuántas veces has conseguido hacer algo que pensabas que no ibas a conseguir?
Está claro que nos encanta adelantarnos y sufrir por cosas que aún no han pasado pero…. ¿realmente vale la pena?
Te voy a rebatir alguna de estas creencias
¿Y si delegas en una persona y se queda contigo toda la vida? ¿Te has parado a pensar en ello?
Si esto ocurre será genial ya que pasaría a ser una cosa menos de la que ocuparte. Si por el contrario, delegas en una persona que después deja de trabajar contigo, entonces y solo entonces, tendrás que ocuparte de buscar a una persona que la sustituya y que realice las mismas funciones que realizaba la persona que estaba antes.
¿Te has dado cuenta que he hablado de ocuparte y no de pre-ocuparte?
No es un motivo de preocupación que una persona se marche de tu lado, lo hacen miles de personas en todo el mundo. Simplemente debes ocuparte de encontrar a la persona que te acompañe a partir de ahora, ¿realmente crees que en los 7.550 millones de personas que hay en el mundo no puedes encontrar a una sola que la sustituya?
¿Y si lo hace mejor que tú y te ayuda a ganar más dinero? ¿Dónde está el problema aquí?
Cada uno debe ser especialista en su área. Y es muy gratificante tener en tu equipo una persona que haga el trabajo mejor que tú en un área determinada. Conseguir esto significa que puedes estar tranquila porque la persona en la que has decidido delegar es muy buena en lo suyo.
Ahora que te he contado las 3 razones principales por las que nos cuesta delegar, respóndeme a la siguiente pregunta: ¿cuál es el motivo por que el temes delegar?