¿Te frustras cuando las cosas no salen como tú lo planeas? ¿Te gustaría ser más flexible ante los imprevistos?
Es muy probable que las dos tengamos algo en común y es haber respondido «SÍ» a estas preguntas.
Tengo que confesarte que si he sido buena organizando mi tiempo, ha sido porque no me gustaba dejar nada al azar, quería controlarlo todo.
El problema es que, cuando quieres controlarlo todo, si algo no sale como lo tenías previsto la frustración que obtienes es muy grande.
He tardado muchos años en darme cuenta que esa necesidad de tenerlo todo bajo control me alejaba de ser productiva.
Pasaba más tiempo en modo «víctima» porque algo no salía como yo quería que buscando una solución.
Si empiezas en ese círculo vicioso en el que la queja, frustración e indignación están presentes, muy pronto vas a poder apreciar cómo han pasado varias horas o incluso días y sigues exactamente en el mismo punto.
Has gastado X cantidad de tiempo y energía que ya no vas a poder recuperar.
En el artículo de hoy te voy a contar cómo conseguí ser más flexible y, sobre todo, como eso me ayudó a ser más productiva.
3 claves para ser más flexible
⭐ Clave 1: Aceptar cada situación
La primera clave puede que te resulte un poco «compleja» si eres una persona a la que le gusta tener todo bajo control y que, además, es exigente consigo misma y con los demás.
Para adelantarme a posibles comentarios que puede estar haciendo tu mente como: «No pienso aceptar algo que no me parece bien» o «No voy a ser conformista y quedarme de brazos cruzados», quiero decirte que aceptar no es resignarse.
No te pido que te resignes y que te quedes de brazos cruzados, te pido que aceptes la situación que tienes delante, te guste o no está ahí y hay que hacerle frente.
Para aceptarla y empezar a tomar acción es importante que distingas entres:
- Aquello que está en tu control modificar, transformar o solucionar.
- Aquello que depende de otros para que la situación cambie.
El objetivo es centrarte en lo que está bajo tu control, bajo tu círculo de influencia. Muchas veces estamos tan centrados en intentar que otros hagan algo o en que la situación cambie por si sola que se nos olvida que eso no está en nuestro control, aunque no te guste o no te parezca justo.
Solo podemos controlar aquello que está en nuestras manos. Por tanto, la primera clave para ser más flexible es aceptar lo que ha pasado y centrarte en lo que tú puedes hacer para que se solucione, si tiene solución.
⭐⭐ Clave 2: Pide ayuda
A veces intentamos hacernos las «super-heroínas» y queremos hacerlo todo nosotras solas. Está bien tener recursos y ser emprendedoras resolutivas pero no tiene nada de malo pedir ayuda si hay algo que no sabes cómo solucionar.
Si de algo me he dado cuenta desde que emprendí es que pagando a un mentor que haya pasado lo mismo que yo, me ahorra no solo mucho tiempo sino también mucho dinero.
Invertir en ti y en tu negocio es algo que debes incluir en tu presupuesto anual. No intentes inventar la rueda, hay personas que ya recorrido el camino que estás recorriendo tú y no tiene nada de malo que te digan cuál es su forma de salir del lugar en el que te encuentras.
A veces, ni siquiera tienes que invertir dinero, a veces solamente basta con compartir tus preocupaciones con alguien que te ayude a ver posibles soluciones o que incluso te ayude a solucionarlo.
No estás sola, no eres la única que ha tenido ese problema, pide ayuda cuando lo necesites.
⭐⭐⭐ Clave 3: Ejecuta y disfruta
Una vez que hayas aceptado tu situación y que hayas decidido qué solución crees más conveniente para la realidad que estás viviendo, es el momento de ponerte manos a la obra y ponerte en acción.
No caigas en el error de entrar en parálisis por análisis, ejecuta tan pronto como puedas. Mientras más pronto empieces, antes te darás cuenta si hay algo que reajustar o si, por el contrario, todo va como debería ir.
Eso sí, cuando ejecutes no te olvides de disfrutar del proceso, es importante que dejes de lado todo aquello que no salió como tú querías y que te centres nuevamente en la solución pero no dejes de disfrutar.
Si continúas enfadada por lo que pudo ser y no fue es posible que pases por alto algunos detalles o que incluso cometas errores que en otro momento no los cometerías.
Ahora viene mi ejemplo personal. Ser una persona controladora y no ser flexible me impedía ver otras opciones, sentía que no había forma de aceptar lo que había ocurrido y era incapaz de pedir ayuda o de ejecutar ningún plan.
El estrés que me generaba que algo no saliera como yo quería me ha dado muchos dolores de cabeza y varias visitas a mi fisioterapeuta por la tensión acumulada. Yo dedicí dar el paso de ser más flexible, aceptar las cosas como vienen, pedir ayuda y ejecutar un nuevo plan tan pronto como pueda.
A día de hoy te puedo asegurar que los dolores de cabeza son casi inexistentes y mis visitas al fisio suelen ser más por placer que por dolor. Si yo conseguí ser más flexible y convertirme en una persona más productiva, tú también puedes.
La pregunta es: ¿quieres?
⚠️ Recuerda: ¡Conocimiento es saberlo, sabiduría es aplicarlo!
Dime en los comentarios cuál de estas 3 claves vas a empezar a aplicar ????