Una buena líder, ¿se nace o se hace?

¿Qué dirías tú? ¿Crees que ser una buena líder se trata de una condición o de evolución?

Muchas veces hablamos de rasgos u aptitudes que debe tener una líder como cualidades innatas o características que forman parte de su personalidad. Esto a veces puede generar confusión porque da pie a pensar que aquellas que son buenas líderes, nacen con el «don del liderazgo», pero… ¿esto es siempre así?

Sigue leyendo porque en el artículo de hoy comparto reflexiones muy interesantes en base a esta idea.

≫ La líder que nace líder

Hay determinadas personas que desde su infancia muestran facilidad para asumir roles de líder: son carismáticas, denotan confianza en sí mismas o tienen facilidad para que el resto de personas sigan su idea.

De alguna manera, estas personas son capaces de estar rápidamente al mando de un determinado grupo, casi sin darnos cuentas son las que organizan, planifican y crean estrategias para resolver cualquier circunstancia.

No obstante, pese a que hay personas con dotes de liderazgo, como cualquier habilidad, esta se debe desarrollar y potenciar con éxito para sacarle el máximo partido, es decir, no basta solo con tener cierta habilidad, se debe aprender a utilizar esa habilidad a tu favor.

¿Quiere decir esto que una buena líder se hace?

No exactamente, cuando hablamos de liderazgo, las cosas no son o blancas o negras, hay muchas opciones entre medias.

≫ La líder que se hace líder

¿Es posible que una persona aparentemente sin dotes de liderazgo sea una buena líder?

La realidad es que SÍ. Si una persona invierte tiempo y esfuerzo en desarrollar las aptitudes necesarias puede llegar a ser una gran líder, aunque no haya nacido con lo que se conoce como dotes de liderazgo.

Las capacidades de una buena líder se pueden aprender. Son muchas las personas que hay llegado a dirigir grandes grupos porque han aprendido con éxito las habilidades esenciales del liderazgo. No solo se han quedado estudiando, han puesto en práctica lo que han aprendido, incluso han contratado mentores que les ayude a potenciar su liderazgo y, finalmente, han conseguido dirigir grandes masas gracias a su dedicación y perseverancia.

La clave para conseguirlo es tener la motivación, actitud y disposición para aprender las habilidades esenciales de una gran líder.

≫ La líder que nace y/o se hace

Podemos concluir que efectivamente hay personas que nacen teniendo capacidad de liderazgo, aparentemente les resulta sencillo ser la cabeza de un grupo, pero necesitan desarrollar esas capacidades para aprender a manejarlas correctamente, por tanto, necesitan potenciar sus capacidades.

También hay personas que pese a no nacer con dotes de liderazgo, son capaces de aprender a liderar con éxito, siempre y cuando den lo máximo de sí mismas para aprenderlo e interiorizarlo.

Como ves, en ambos casos, es necesaria una formación. En el primer caso la formación va enfocada en potenciar esas habilidades para conseguir los objetivos deseados y, en el segundo, la idea es aprender lo indispensable para liderar con éxito.

El liderazgo requiere formación constante, es importante que una líder crezca y se desarrolle continuamente para que también lo haga su equipo. Liderar un grupo de personas es una tarea muy enriquecedora, pero también conlleva una gran responsabilidad, pues la actitud que tengas, tu motivación y las decisiones que tomes, no solo te afectan a ti.

 «Un buen líder no se queda atascado detrás de su escritorio»

Richard Branson

No sé si tú has nacido líder o te has hecho una gran líder, en ambos casos, tu responsabilidad es seguir creciendo, pues como bien dice Richard Branson, no debes quedarte atascada detrás de tu escritorio.

¿Qué necesitas mejorar para que tú y tu equipo sigan creciendo?